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Cáncer de Próstata
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El cáncer de próstata es una enfermedad que afecta a los hombres y representa un desafío significativo en la oncología y la urología.
En este artículo de Biopulse, explicaremos en detalle qué es el cáncer de próstata, sus posibles causas respaldadas por investigaciones científicas y las opciones de tratamiento teniendo un enfoque integrativo, en el cual diversos tratamientos se pueden complementar potenciando sus efectos.
El cáncer de próstata es una enfermedad en la que las células de la próstata (glándula en el sistema reproductor masculino) crecen de manera anormal y descontrolada, dando lugar a la formación de tumores.
En general, el cáncer de próstata crece de forma muy lenta; encontrarlo y tratarlo antes de que se presenten síntomas quizás no mejore la salud de la persona ni ayude a prolongar su vida, pero aquí es cuando se necesita un enfoque integrativo con la finalidad de aumentar las probabilidades de éxito.
Síntomas
El cáncer de próstata, en sus etapas iniciales, suele ser asintomático. Sin embargo, a medida que progresa, pueden aparecer distintos síntomas, la mayoría relacionados con la obstrucción del tracto urinario inferior o con la diseminación de la enfermedad. A continuación se describen los principales signos y síntomas, junto con su base fisiopatológica:
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Dificultad para orinar (disuria o chorro débil): La próstata rodea la uretra prostática. Cuando un tumor crece dentro de la glándula puede comprimir esta vía urinaria, dificultando el paso de la orina. Esto se manifiesta como un chorro urinario débil, intermitente o con esfuerzo. Aunque este síntoma también puede presentarse en hiperplasia prostática benigna (HPB), en casos de cáncer se asocia más comúnmente con una enfermedad avanzada o con un patrón de crecimiento infiltrativo.
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Aumento de la frecuencia urinaria, especialmente nocturna (nicturia): El tumor puede generar una sensación constante de llenado vesical por la irritación local o por la reducción de la capacidad de vaciamiento completo de la vejiga. Esto obliga al paciente a orinar con mayor frecuencia, incluyendo durante la noche.
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Urgencia urinaria o incontinencia: Si el tumor afecta los mecanismos neurológicos o musculares que controlan la micción, puede generar urgencia repentina por orinar o incluso episodios de incontinencia.
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Dolor o ardor al orinar (disuria): Aunque menos común, el cáncer puede generar inflamación local o coexistir con infecciones urinarias, lo que produce molestias al orinar.
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Hematuria (sangre en la orina): En etapas más avanzadas, el tumor puede invadir estructuras cercanas, incluidos vasos sanguíneos, provocando sangrado visible en la orina. Es un signo de alerta que requiere evaluación inmediata.
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Hematospermia (sangre en el semen): Aunque es más común en infecciones o procedimientos urológicos, también puede presentarse en cáncer prostático, especialmente si hay invasión a las vesículas seminales.
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Dolor en la zona lumbar, pelvis o huesos: Cuando el cáncer se disemina (metástasis) especialmente al hueso —que es un sitio frecuente en el cáncer de próstata avanzado—, puede generar dolor persistente, localizado en columna, caderas o costillas. Este dolor es típicamente profundo, constante y no mejora con el reposo.
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Debilidad en las piernas o dificultad para caminar: En casos de metástasis vertebral con compresión medular, el paciente puede presentar síntomas neurológicos como debilidad en las extremidades inferiores, alteración de la sensibilidad o incluso pérdida del control de esfínteres.
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Pérdida de peso involuntaria y fatiga persistente: Son síntomas generales que pueden aparecer en etapas avanzadas, cuando la enfermedad afecta al metabolismo sistémico o está muy diseminada.
Causas y Factores de Riesgo
Aunque las causas exactas del cáncer de próstata aún no se comprenden completamente, la investigación científica ha identificado varios factores de riesgo:
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1- Edad: Factor de riesgo más importante en el desarrollo del cáncer prostático, ya que después de los 50 años aumenta la probabilidad de padecerlo significativamente, es por esto que cada año se recomienda ir adelantando la edad de los exámenes preventivos. El 70% de los casos son diagnosticados a partir de los 65 años.
2- Antecedentes Familiares: Los hombres con un familiar de primer grado con cáncer de próstata tienen un riesgo de 2 a 3 veces mayor en comparación con la población general. Aquellos que tienen dos o más familiares afectados con esta enfermedad tienen 5 a 11 veces más riesgo de padecerla, según estudios realizados en poblaciones de pacientes con cáncer de próstata.
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Dieta y Estilo de Vida: En este punto debemos tener cuidado con tener sobrepeso y ciertos alimentos que pueden provocar que nuestro cuerpo genere una resistencia a la insulina.
¿Cómo es que la insulina y el sobrepeso pueden aumentar mi riesgo de cáncer?
La resistencia a la insulina provoca que el cuerpo produzca más insulina para intentar compensar y, aunque las células no responden adecuadamente a la acción de la insulina para reducir la glucosa en sangre, sí responden a otras funciones de esta hormona, como estimular la división celular (mitosis) y evitar la muerte programada de células dañinas o innecesarias (apoptosis). Esto es problemático porque, si hay células tumorales presentes, el exceso de insulina puede favorecer su crecimiento y multiplicación, facilitando así el desarrollo o avance del cáncer.
Adicionalmente, el problema de que los adipocitos (las células que almacenan grasa) se llenen en exceso no es solo una cuestión de peso. Hoy se sabe que el tejido graso, especialmente el que se acumula en la zona abdominal y entre los órganos (grasa visceral), no es un simple depósito pasivo, sino un órgano activo con funciones endocrinas e inmunológicas. En condiciones de obesidad, los adipocitos se agrandan y comienzan a liberar sustancias inflamatorias que alteran el funcionamiento del cuerpo, promoviendo la resistencia a la insulina. Esto obliga al páncreas a producir más insulina y, como explicamos antes, niveles elevados de esta hormona estimulan la proliferación celular y dificultan la eliminación natural de células anormales. Todo esto crea un entorno biológico que favorece el desarrollo y la progresión de un cáncer.
Por otro lado, la actividad física moderada y regular puede mejorar los sistemas antioxidantes, es decir, previene el estrés oxidativo, por lo cual disminuye el riesgo de padecer cáncer. La evidencia muestra que el peso excesivo es un factor de riesgo importante en el pronóstico de esta enfermedad, lo cual puede ser modificado al cambiar a un estilo de vida activo y llevar una dieta saludable.
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Diagnóstico
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El valor de PSA (Antígeno prostático específico) es un examen que ayuda a detectar un cáncer de próstata. Las biopsias prostáticas sistemáticas guiadas por ecografía y bajo anestesia local son el método diagnóstico preferido. La vigilancia activa representa una opción viable en hombres con cáncer de próstata de bajo riesgo y una larga expectativa de vida. Para tumores de bajo riesgo, este tratamiento se basa en un estricto protocolo de seguimiento del paciente, lo que permite detectar a tiempo una posible progresión de la enfermedad. En algunos pacientes, realizar un examen de antígeno prostático (PSA) cada cierto tiempo puede prevenir y detectar antes un posible caso de cáncer de próstata.
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Tratamiento Integrativo del Cáncer de Próstata
Gran parte de la comunidad médica y científica alrededor del mundo están convencidos y dan avance a los tratamientos para el cáncer que requieren una mirada integrativa, en donde varios tratamientos se realizan en conjunto para aumentar las probabilidades de mejorar la salud en los pacientes de cáncer.
El tratamiento del cáncer de próstata varía según el estadio de la enfermedad y la salud general del paciente. Las opciones de tratamiento incluyen:
1- Cirugía: Tratamiento Invasivo que requiere una intervención al cuerpo, se realizan los siguientes tipos de cirugía:
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Prostatectomía radical: Se extirpa la próstata, el tejido circundante y las vesículas seminales.
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Prostatectomía retropúbica: Se extirpa la próstata a través de un corte en la pared abdominal.
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Prostatectomía perineal: Se extirpa la próstata a través de una incisión en el perineo.
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Linfadenectomía pélvica: Cirugía para extirpar los ganglios linfáticos de la pelvis.
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Resección transuretral de la próstata (RTUP): Este método se realiza para tratar la hipertrofia prostática benigna. Se extirpa tejido de la próstata utilizando un resectoscopio a través de la uretra.
Preservar estructuras neurovasculares cuando sea posible es un objetivo quirúrgico, para conservar la función eréctil y urinaria. Sin embargo, entre las complicaciones más frecuentes están la incontinencia urinaria y la disfunción eréctil, cuya incidencia varía según la técnica quirúrgica y la experiencia del cirujano. La tasa de recurrencia bioquímica (aumento del PSA postoperatorio) es un parámetro importante para evaluar el éxito del procedimiento y guiar terapias adyuvantes, si es necesario. Es así que debemos complementar la cirugía con otras terapias y tratamientos en pro de aumentar las tasas de éxito y recuperación de los pacientes de cáncer.

¿Cómo mejorar los resultados de mi operación?
Los PEMF (Campos electromagnéticos pulsantes) al ser usados antes y después de cirugía, mejora la regeneración de tejidos, disminuye el dolor postoperatorio y favorece la recuperación, siendo un complemento ideal para los pacientes con cáncer de próstata y otros órganos tras ser operados, con la finalidad de mejorar las probabilidades de éxito. Adicionalmente, una de las contribuciones clave de usar PEMF junto a cirugía en el tratamiento del cáncer de próstata, es su influencia en procesos biológicos cruciales. La apoptosis, o muerte celular programada, es esencial para eliminar células cancerosas no deseadas. Los PEMF pueden inducir a la apoptosis en células cancerígenas sin afectar células sanas, lo que sugiere un potencial beneficioso en diversos tipos de cáncer. Además, la angiogénesis, o formación de nuevos vasos sanguíneos, es un proceso que permite que los tumores obtengan nutrientes y oxígeno. Inhibir la angiogénesis es una estrategia clave en el tratamiento del cáncer. Un estudio publicado en la revista Cancer Medicine, sugirió que PEMF reduce la vascularización de los tumores, lo que puede ser beneficioso para controlar el cáncer de próstata, entre otros cánceres.
Adicional a los PEMF, tener un buen plan de alimentación antes y después de la cirugía, puede facilitar la recuperación de los pacientes, al igual que tener apoyo psicológico para atravesar una intervención al cuerpo, lo que puede aumentar las tasas de éxito al hacer que pacientes bajen sus niveles de estrés y puedan concentrarse en su recuperación.
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2- Radioterapia: La radioterapia suele administrarse como tratamiento primario en pacientes en los que la prostatectomía radical no es una opción. El uso de radiación para destruir células cancerosas puede ser externa o interna (braquiterapia).
Junto a la radioterapia, los pacientes pueden complementar con la terapia PEMF de campos electromagnéticos pulsantes, ayudando a mejorar el flujo sanguíneo y oxigenación, reducción de fibrosis post-radiación, y en la regeneración ósea de pacientes que puedan experimentar pérdida de masa ósea como uno de los efectos secundarios de la radiación.
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3- Hormonoterapia: Se bloquean andrógenos (testosterona); se utiliza para reducir los niveles de hormonas masculinas que alimentan el crecimiento del cáncer.
Los tratamientos disponibles actualmente son:
Reduciendo la producción de andrógenos por parte de los testículos. Los tratamientos que reducen la producción de andrógenos por parte de los testículos son las terapias hormonales más comúnmente utilizadas para el cáncer de próstata y suelen ser el primer tipo de hormonoterapia que recibe la mayoría de las personas con esta enfermedad.
Bloqueando la acción de los andrógenos en todo el cuerpo. Estos tratamientos funcionan compitiendo con los andrógenos por unirse a los receptores androgénicos. Al impedir que los andrógenos se unan a estos receptores, reducen la capacidad de los andrógenos para promover el crecimiento de las células del cáncer de próstata.
Bloqueando la producción (síntesis) de andrógenos en todo el cuerpo, incluyendo las propias células del cáncer de próstata. Al igual que la terapia de deprivación androgénica (ADT, por sus siglas en inglés), estos inhibidores impiden la producción de andrógenos por los testículos; sin embargo, a diferencia de la ADT, también bloquean la producción de andrógenos por parte de las glándulas suprarrenales y de las células del cáncer de próstata. Aunque fuera de los testículos se producen solo pequeñas cantidades de andrógenos, esos niveles bajos pueden ser suficientes para mantener el crecimiento de algunos cánceres de próstata.
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Dado que los andrógenos afectan a muchos otros órganos además de la próstata, la terapia de deprivación androgénica (ADT, por sus siglas en inglés) puede provocar una amplia variedad de efectos secundarios, entre ellos:
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Pérdida del deseo sexual (disminución de la libido)
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Disfunción eréctil
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Sofocos
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Pérdida de densidad ósea
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Fracturas óseas
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Pérdida de masa muscular y fuerza física
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Alteraciones en los lípidos en sangre
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Resistencia a la insulina
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Aumento de peso
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Cambios de humor
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Fatiga
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Crecimiento del tejido mamario (ginecomastia)
Los hombres que reciben hormonoterapia durante más de unos pocos meses son evaluados regularmente para determinar el nivel de PSA en su sangre. Un aumento en el nivel de PSA puede indicar que el cáncer ha comenzado a crecer nuevamente o que se ha vuelto resistente a la hormonoterapia que se está utilizando en ese momento.
El ejercicio puede ayudar a reducir algunos de los efectos secundarios de la hormonoterapia, incluyendo la pérdida ósea, la pérdida muscular, el aumento de peso, la fatiga y la resistencia a la insulina.
La terapia hormonal se puede complementar con PEMF, ayudando a contrarrestar fatiga, pérdida de masa ósea y mejora el bienestar general, esto ayuda muchísimo en mejorar algunos de los efectos secundarios del tratamiento hormonal.
4- Quimioterapia: En el caso de cáncer de próstata, suele ser reservada para etapas avanzadas o cuando otras terapias han fracasado, especialmente en cáncer resistente a la castración. La quimioterapia puede ser inyectada o tomada por vía oral, se debe consultar con el médico oncólogo cual es el mejor fármaco, forma y dosificación acorde a su estado de salud.
Los químicos que ingresan a nuestro cuerpo pueden generar varios efectos secundarios, esto debido a que no solo se destruyen las células cancerosas, sino también pueden destruir o hacer más lento el crecimiento de células sanas en nuestro organismo. Algunos de sus efectos pueden ser náuseas, llagas o heridas en la boca, caída del cabello, fatiga y decaimiento general.
¿Cómo mejorar los resultados de los químicos y reducir los efectos secundarios?
Complementar su tratamiento con terapias que mejoren su sistema inmunológico es vital para aumentar los efectos positivos y disminuir los efectos secundarios de los químicos. Con PEMF puede reducir fatiga y mejorar la tolerancia al tratamiento, ya que varios estudios han comprobado que utilizar PEMF en conjunto con ciertos químicos ha aumentado la eficiencia de éstos al ingresar a nuestro organismo. Gran parte de los pacientes que han usado ambas terapias han experimentado menos náuseas y dolores.
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5- Inmunoterapia: Utiliza el propio sistema inmune del paciente para erradicar las células tumorales.
En esta misma línea, potenciar al cuerpo humano para que éste logre combatir la enfermedad utilizando inmunoterapia de manera complementaria junto a PEMF, inyecciones de vitaminas, cámaras hiperbáricas, dieta, suplementos y psicoterapia oncológica, ayuda a que el cuerpo humano pueda aumentar su sistema inmunológico y este mismo sea quien ayude a combatir el cáncer.
La terapia PEMF tiene efectos antiinflamatorios bien documentados. No solo ayuda a reducir el dolor y las molestias asociadas al cáncer y sus tratamientos, sino que también puede disminuir la inflamación en el microambiente tumoral. Un ambiente menos inflamado podría facilitar la acción de las células dendríticas que ocupa la vacuna de inmunoterapia, permitiendo una mayor eficacia en la destrucción de las células tumorales sin tanta interferencia de las respuestas inflamatorias.
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Adicionalmente, los PEMF pueden mejorar la circulación sanguínea y la oxigenación de los tejidos, creando un ambiente más favorable para que las vacunas de células dendríticas, que usa la inmunoterapia, actúen eficazmente. Una mejor circulación permite que las células inmunitarias (incluidas las dendríticas) se distribuyan más eficazmente por el cuerpo, aumentando su capacidad de localizar y atacar las células cancerosas.
En esta línea, podemos ver uno de los videos realizados por Biopulse, en donde se evalúa la progresión de un paciente con cáncer gástrico etapa IV con 4 metástasis, usando como terapia conjunta de terapia PEMF, Quimioterapia e Inmunoterapia, logrando el paciente, el alta médica: https://www.youtube.com/watch?v=KAE5P8WPdyw.
Si deseas puedes ver más beneficios de la inmunoterapia junto a la terapia PEMF en el siguiente LINK: https://www.biopulse.cl/convenio-biopulse-regenera
6- Terapia de Campos Electromagnéticos Pulsantes (PEMF) en el Cáncer de Próstata
La Terapia de Campos Electromagnéticos Pulsantes (PEMF) es una modalidad terapéutica no invasiva y no tóxica que ha ganado interés en la lucha contra el cáncer de próstata, varios estudios científicos respaldan su eficacia y complementariedad con todas las terapias anteriormente nombradas.
La terapia PEMF ha sido utilizada para varias condiciones y disciplinas médicas en el tratamiento del dolor, obteniendo excelentes resultados en la disminución de éste.
Potenciación de la radioterapia, quimioterapia e inmunoterapia. PEMF reduce los efectos secundarios de la quimioterapia, radioterapia e inmunoterapia, mejorando la eficacia de éstas. Diversas investigaciones en el “Journal of Experimental & Clinical Cancer Research”, entre otras revistas médicas y de oncología, respaldan los beneficios de ocupar terapia PEMF al no ser invasiva ni tóxica y entregar beneficios a nivel biológico y celular, sugerida como una terapia avanzada complementaria y/o alternativa para distintos tipos de cáncer y etapas, y utilizada en casos de metástasis con prometedores resultados en diversas investigaciones.

7- Dieta. suplementos y Estilo de Vida
Una dieta rica en vegetales, baja en grasas animales y con apoyo de suplementos antioxidantes puede ayudar a frenar la progresión del cáncer. Algunos nutrientes y suplementos destacados para el cáncer de próstata son el calcio, té verde, licopeno, pectina cítrica modificada, granada. selenio, soja, vitamina D, vitamina E, entre otros.
Siempre es recomendable ir a un nutricionista y nutriólogo especialista en pacientes oncológicos que pueda crear una dieta acorde a las necesidades del paciente. Un paciente con sobrepeso se trata distinto a un paciente que se encuentra bajo peso, por lo que las necesidades son distintas y los planes de dieta y suplementación también.
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8- Psicoterapia Oncológica
El apoyo psicológico para pacientes con cáncer, ya sea en el manejo del miedo, la ansiedad y la depresión, es crucial para atravesar los diversos tratamientos y etapas que un paciente debe realizar. Tener una mejor calidad de vida durante el proceso de la enfermedad, luego de recuperarse de ésta o en aquellos pacientes que entran en una etapa paliativa donde otros tratamientos ya no son opción, puede suponer una carga mental superior para ellos.
Atravesar un cáncer provoca un gran estrés no solo a la persona que lo vive, si no también a su núcleo familiar. Es por esto que en los tratamientos integrativos podemos hacer uso de todas las opciones que no son invasivas y que nos ayudan a sobrellevar de mejor manera esta enfermedad, que en muchos casos es mortal, pero que en muchos otros no lo es.
A todos quienes atraviesan por una enfermedad como el cáncer, recomendamos asesorarse por un psicoterapeuta oncológico que pueda ayudarlos a entender los procesos mentales que se puedan generar, aprender técnicas de relajación y meditación puede ser un plus en el tratamiento desde una mirada integrativa.
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El cáncer de próstata es una afección compleja que requiere enfoques integrales. En este artículo hemos revisado sus causas y algunas opciones de tratamiento, teniendo en cuenta un enfoque integrativo que aumente las probabilidades de recuperación en pacientes con cáncer.
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